El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió el lunes a una delegación de funcionarios estadounidenses encabezados por Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quienes junto a Canadá debatieron la crisis de opioides y la cooperación para abordar el desafío migratorio regional.
Como era de esperar, en el encuentro surgió el tema de la lucha contra el fentanilo y el tráfico de armas, así como la modernización de la frontera compartida. Tanto López Obrador como Sherwood-Randall expresaron en las redes sociales que fue una reunión excelente y productiva.
La Casa Blanca abundó en declaraciones escritas que los líderes reafirmaron “el compromiso” de continuar los esfuerzos bajo el Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras entre México y EEUU, que guía las acciones de ambos países en los temas de desarrollo social.
«Nuestros países también reconocen que descubrir, interrumpir y desmantelar las redes de tráfico de armas de fuego es fundamental para nuestros esfuerzos compartidos para combatir el fentanilo”, agregó la Casa Blanca.
Sobre migración, los países discutieron los desafíos regionales y se “comprometieron con respecto a la migración regional” para “continuar forjando una respuesta en toda la región, guiada por los principios de la Declaración de Los Ángeles”.
EEUU y México pactaron ampliar la disponibilidad de vías legales de migración en toda la región y mantener las “fuertes consecuencias” para quienes entren irregularmente a través de la frontera compartida.
El presidente mexicano afirmó que avanza sin problemas la política de buena vecindad y entre México y Estados Unidos, dijo que se trató el tema migratorio con un enfoque de respeto a los derechos humanos y de cooperación para el desarrollo de los pueblos.
El encuentro privado en Palacio Nacional de la Ciudad de México se extendió durante poco más de tres horas, para terminar cerca de las 9:00 de la noche en medio de una persistente lluvia.
Al encuentro asistieron por parte de México la canciller designada Alicia Bárcena, la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde, los titulares de las Fuerzas Armadas y el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero.
La delegación estadounidense está integrada por Richard Verma, subsecretario de Administración y Recursos del Departamento de Estado, Lisa Monaco, fiscal general adjunta, así como Kristie Canegallo, subsecretaria interina del Departamento de Seguridad Nacional, y el asesor principal de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, Kemp Chester.
Entre las prioridades de EEUU también se resaltaron “continuar las iniciativas para aumentar las vías legales (de migración) a EEUU, y tomar medidas para modernizar y asegurar nuestra frontera compartida”.