Acelerar la transformación: el desafío para el futuro presidente de México

Rumbo al final del sexenio aún se arrastran temas pendientes para mejorar indicadores en materia e educación, empleo, pobreza y salud.

El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador está entrando a su recta final.

Este mandato, además de significar una alternancia en el poder, también estuvo marcado por el covid-19. A casi cinco años de iniciar la autodenominada Cuarta Transformación (4T), aún persisten desafíos en materia de educación, seguridad, pobreza y salud.

La clave está en la recaudación. Para lograr mejores resultados en indicadores tanto económicos como sociales, es necesaria una reforma fiscal para que el gobierno obtenga más recursos, en opinión de Adriana García, coordinadora de Análisis de México, ¿cómo vamos?, y de Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Pero ¿qué retos tendrá la próxima administración federal? Esto opinan los especialistas:

Pobreza

 

Entre 2018 y 2022, el porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional a nivel nacional pasó del 41.9 al 36.3%, lo que representa un cambio de 51.9 a 46.8 millones de personas a nivel nacional. Esto es que, en 2022, 36 de cada 100 personas presentaban al menos una carencia social y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir una canasta alimentaria, según los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Sin embargo, la pobreza extrema repuntó, del 7.0% en 2018 al 7.1% en 2022, es decir, que el número de personas en pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones. Por otro lado, los deciles que menos ganan no obtienen el ingreso suficiente para comprar dos canastas básicas. Una canasta básica tiene un costo de casi 4,300 pesos mensuales.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) con cifras a 2022, los deciles de menores ingresos reciben 13,411 y 22,421 pesos trimestrales, respectivamente; esto se raduce en que, para costear dos canastas básicas, tendrían que recibir unos 25,800 pesos trimestrales.

Para reducir la pobreza tiene que haber crecimiento económico, señala Rodolfo de la Torre. En ese sentido, la tasa anual de crecimiento en el primer trimestre de 2023 fue del 3.7%, y un avance del 1.0% a tasa trimestral.

Con este dato, se acumulan seis trimestres consecutivos de crecimiento trimestral, iniciados en el último trimestre de 2021. Para este año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) espera un crecimiento del PIB del 3%, superando el promedio de alrededor l 2% de los últimos 30 años.

Empleo

 

Si bien se tienen que generar empleos bien pagados, la próxima administración federal tiene que hacer frente a la informalidad. En junio de este año fue del 55.5% de los 58.6 millones de personas que conforman la población ocupada. Adicional al tema financiero, especialistas enfatizan que el nuevo gobierno tendrá que combatir esta situación, “y eso te lleva a un círculo virtuoso porque hay que brindar seguridad laboral y social a las personas, bancarizarlas, atraerlas para formalizarse y pagar impuestos”, refiere Luis Gonzali, vicepresidente y director de Inversiones de Franklin Templenton.

El INEGI indica que esta tasa era del 56.7% en 2018, último año de la administración de Enrique Peña Nieto. Con el boom del nearshoring también estará el reto de formar personas que puedan trabajar para las nuevas compañías que lleguen al país.

“Estas empresas ya están automatizadas, no contratan obreros básicos, contratan ingenieros, pagan mejor, pero no contratan 2,000 obreros, contratan 35 ingenieros, 40 diseñadores industriales, el reto estará en crear a personas con calidad educativa”, comenta Gabriel Casillas, economista en jefe para América Latina de Barclays.

Salud

 

Las personas que presentaron carencia por acceso a los servicios de salud pasaron del 16.2 al 39.1% entre 2018 y 2022, es decir, de 20.1 a 50.4 millones de personas, respectivamente. De acuerdo con el Coneval, en 2022, el mayor porcentaje de personas con acceso a los servicios de salud reportó estar afiliado al IMSS (38.3%); en segundo término al INSABI (13.1%).

Asimismo, el porcentaje de personas con carencia por acceso a la seguridad social pasó del 53.5% al 50.2% entre 2018 y 2022, que se traduce en un cambio de 66.2 a 64.7 millones de personas que presentaron esta carencia en este periodo.

A pesar de haber mostrado una disminución entre 2018 y 2022, esta carencia continúa siendo la de mayor presencia en la población mexicana, dice el Coneval. Entre los componentes de la carencia de acceso a la seguridad social resalta como principal desafío que, en 2022, el 63.6% de las personas ocupadas no cuentan con acceso a la seguridad social como prestación laboral. Por otro lado, el 29.3% de las personas de 65 años o más no tenían un ingreso por programas para adultos mayores.

El reto en este y el próximo sexenio será devolver la atención a la población que migró a los servicios privados, como es el caso de consultorios y farmacias, principalmente, así como elaborar programas efectivos de asistencia para evitar duplicidad de programas y aumentar la cobertura de la población que no cuenta con IMSS, ISSSTE u otras instituciones de seguridad social en el país, con base en la opinión de especialistas. Aunado a lo anterior, el presupuesto que se destina en el sector salud también resulta clave.

“El sistema de salud requiere de recursos económicos para funcionar dentro del rango de lo que es adecuado, al menos, tres puntos del PIB”, señala De la Torre.

Educación

 

Entre 2018 y 2022, el porcentaje de la población con rezago educativo pasó del 19.0 al 19.4%, lo que equivale a 23.5 millones de personas en 2018 y 25.1 millones en 2022.

El Coneval detalla que el rezago educativo considera la asistencia escolar y la conformación de la educación obligatoria, incluyendo los cambios normativos en materia de educación a la fecha de publicación de los ‘Lineamientos para la estimación de la pobreza vigentes’.

Entre los componentes de este indicador resalta que, en 2022, el 36.7% de la población de 22 años o más, nacida a partir de 1998, no contaba con la educación media superior completa, por lo que presenta rezago educativo.

La pandemia dejó un rezago de dos años de escolaridad.

Educación

 

Antes del covid-19, los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes a tercero de secundaria; hoy, este equivale a primero de secundaria, señalan datos del Banco Mundial (BM) retomados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“No sabemos en qué áreas y en qué localidades se necesitan planes específicos para compensar el cierre de escuelas”, comenta Adriana García. En educación, lo primero que la SEP tiene que hacer es un diagnóstico del impacto de la pandemia, así como planes específicos para atender el rezago que provocó, así como volver a las evaluaciones que se dejaron de hacer, como la prueba PISA, tanto para estudiantes como para maestros, sin el carácter punitivo para el cuerpo docente

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